Por: Gonzalo M. Curto
Te
has preguntado alguna vez ¿cuál es la razón por la que, ante dos productos iguales
pero de distinta marca, eliges comprar uno y no el otro? ¿Por qué en una elección decides votar por un
candidato y no por los otros? ¿Qué hace que le vayas a un equipo de futbol por
sobre el resto de los equipos de la liga?
De todo ello la imagen es la responsable.
Hoy
en día, la palabra “imagen” está de moda; se escucha por todos lados y se
utiliza casi para todo, lo que ha dado pie a la existencia de una gran
confusión al respecto y a la lamentable aparición de una gran cantidad de
charlatanes que dicen dedicarse al negocio de la imagen.
Vayamos
entonces aclarando el panorama.
El
diccionario de la Real Academia Española en su vigésima segunda edición define
a la palabra imagen como: “Figura, representación, semejanza y apariencia de
algo”.
Ese
algo puede ser lo que sea, desde lo más común como personas, productos, marcas,
empresas, instituciones, países, partidos políticos, etc., hasta lo
materialmente inexistente como un personaje de novela, los marcianos, el
monstruo del Lago Ness, etc.
Para
formarnos la imagen de algo, los seres humanos llevamos a cabo un proceso
bastante complejo que resumiré de una forma muy básica:
Todo
inicia con las sensaciones que cada quien percibe por medio de los
sentidos. La información captada es
transmitida a través del sistema nervioso hasta el cerebro, en donde se recibe,
se interpreta, se relaciona con la causa que la originó y se almacena en forma
de experiencia.
Dicha
imagen es absolutamente individual y le pertenece únicamente a la persona que
la ha formado en su cerebro. De esta
forma, podemos afirmar que todo aquello que puede ser percibido posee una
imagen.
Con
base en esta idea, Víctor Gordoa, pionero del estudio y la consultoría imagen
pública en México afirma que “Imagen es percepción”.
Seguramente
has escuchado, leído o visto historias sobre criaturas mitológicas como el
Minotauro; sobre seres extraterrestres que vienen a conquistar la tierra o;
hasta de superhéroes de historieta, y de todos ellos te has formado una
imagen. Es por ello que unos párrafos
arriba mencioné que hasta lo materialmente inexistente puede tener una imagen.
Al
ser resultado de lo percibido por medio de sus sentidos, la imagen es una
representación subjetiva que diferirá necesariamente de la realidad del objeto.
Aquí
hay un punto que deseo dejar suficientemente claro, pues resulta fundamental
para el entendimiento de la importancia de la imagen: Si bien el objeto y su
imagen difieren, lo único que el individuo posee del objeto es su imagen, por lo que se convierte en su realidad individual.
Sí,
la imagen es la realidad.
Se
va poniendo bueno el asunto, ¿no?
Ahora
bien, cada vez que la persona entra en contacto con dicho objeto, su
experiencia con el mismo se va modificando y con ella su imagen. Interesante, ¿no lo crees? La imagen está entonces en un proceso de
evolución constante.
No
podemos olvidar que la percepción del objeto estará sujeta al sistema de
juicios y valores del individuo, por lo que generará una opinión que formará
parte de la imagen y, lo más
importante, condicionará la conducta
del individuo hacia el objeto.
Entonces,
la conducta que cada uno de nosotros tomamos ante una persona, un producto, una
marca, un político, un equipo de futbol, etc., depende totalmente de la imagen
que tenemos de él o ella.
Dicha
conducta puede ser de aceptación o de rechazo dependiendo de un factor clave: “La coherencia”.
Estudios
científicos han demostrado que el cerebro humano genera una reacción conductual
de aceptación ante los distintos estímulos que mantienen una coherencia entre
sí. Asimismo, genera una reacción de
rechazo ante aquellos cuyo patrón es errático e incoherente.
De
esta manera, podemos afirmar que poseer una imagen coherente nos permitirá ser
aceptados, mientras que una que no lo sea, nos generará el rechazo de los
demás.
¿Alguna
vez has sido rechazado para un ascenso laboral? ¿Tienes un producto que se
vende menos que su competidor, siendo de mejor calidad y precio? ¿Has perdido
alguna elección? Seguramente algo en tu
imagen está siendo incoherente.
Lograr
la coherencia de todos los estímulos es un trabajo sumamente complicado que
requiere de conocimientos altamente especializados y que sólo un profesional de
la imagen pública, como quienes conformamos INFLUENCIA Consultores de Imagen,
puede realizar con éxito.
A
manera de conclusión quiero proponerte la siguiente definición de imagen:
“Es la impresión mental que cada persona se forma sobre algo con base en lo que capta a través de sus sentidos. Dicha impresión se modifica cada vez que se experimenta dicho objeto, condicionando así la conducta del individuo hacia él”
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